El ascenso comienza al finalizar el tiempo predeterminado de inmersión. A veces la impone el guía, alguien desde la superficie (golpes o un petardo), si el lugar es poco interesante, si se tiene frío o se está cansado, la falta del aire...
Antes de descender se debe realizar entre los compañeros el gesto que indica que comienza el ascenso, teniendo mucho cuidado para que no aparezca la enfermedad por descompresión.
Si debe evitar el ascenso libre, sin referencias visuales que guíen. Sino se dispone de ninguna a veces es conveniente usar una boya de superficie (DSMB), que a la vez que sirve de guía, indica el punto de ascenso en superficie.
Se debe inspirar lentamente, o dejar entrar un poco de aire en el chaleco. Se debe hacer junto al compañero, frente él, para poder controlar el ritmo de ascenso y su estado.
A medida que se asciende se debe controlar el aire del jacket o del traje seco, ya que se irá expandiendo al disminuir la presión, aumentando la velocidad de ascenso. Para evitar eso se debe ir sacando aire.
La ascensión se efectúa en unas condiciones determinadas, sobretodo en relación a la velocidad de ascenso, de 15 a 18 m/minuto. Lo mejor es no sobrepasar las burbujas más pequeñas que se exhalen. Mediante el reloj y el profundímetro se controlará la velocidad.
Al llegar a los 3- 5 metros de profundidad conviene realizar una parada de descompresión de 3 minutos, aunque no lo indiquen las tablas. Si no se hace, estos últimos metros se deben realizar en un minuto como mínimo. Si las tablas o el ordenador indican paradas de descompresión se deben realizar, comprobando que el compañero también las hace.