A una profundidad de 3 metros se deben observar si hay burbujas que puedan salir del equipo del compañero, para asegurarse de que no haya fugas por desperfecto o mala colocación del equipo. Si existe algún problema se debe volver a la superficie, para que no haya problemas mayores cuando se esté abajo.
Durante el descenso se sentirá el efecto del aumento de presión en los oídos, por lo que habrá que ir compensándola con la maniobra Vansalva, o tragando saliva.
Si se cree que se está descendiendo muy rápido se puede inflar un poco el chaleco.
Las gafas apretarán la cara, por lo que conviene espirar suavemente con la nariz para que entre algo de aire.
Si se lleva traje seco se notará la presión hidrostática contra el cuerpo. Dejando entrar un poco de aire en el cuerpo se aliviará, aunque tampoco debe ser excesivo para que no altere la flotación. Al ascender se deberá soltar.