El movimiento bajo el agua debe estar controlado y dirigido por las piernas. Un buceador experto moverá lo mínimo los brazos, evitando dañar los entornos marinos con el aleteo.
Para luchar contra la densidad del agua, el buceador se pone unas aletas que facilitan su desplazamiento. Existen varios métodos que pueden usarse pero se debe hacer con movimientos fuertes y rítmicos, extendiendo totalmente una o las dos piernas en cada patada. Los movimientos incontrolados y las matadas a medias solo gastan energía.
Para mejorar la técnica es bueno que el compañero te observe o te grabe en video.
Bucear no es una competición, y el ir rápido solo hace que se observen peor el entorno. Una velocidad lenta y controlada, relaja, y eso hace que aumente la seguridad.
Se trata de un movimiento de piernas en el plano vertical, semejante al efectuado en crowl. El nadador se coloca lo más plano posible, con la cabeza separada del pecho. Los hombros y la pelvis deben estar alineados, la vista hacia delante respirando con el tubo. Los brazos alineados junto al cuerpo. Las piernas están juntas y estiradas, con la aleta paralela a la superficie del agua. El movimiento consiste en subir una pierna, mientras baja la otra. El movimiento se efectúa desde la cadera, con una amplitud de 30- 40 cm . para conservar las aletas bajo el agua. El ritmo de respiración variara dependiendo de esfuerzo efectuado.
A veces es necesario nadar en superficie con la cabeza fuera del agua, debido a diferentes casos: pérdida de material, para nadar más cómodamente con el chaleco inflado, para remolcar un compañero…
El buceador se coloca sobre la espalda en la superficie del agua, con el mentón apoyado sobre el pecho. La vista se dirige hacia el horizonte, y los hombros se alinean con la cadera. Con las piernas estiradas, realizado un movimiento de tijeras que asegura la propulsión.
Los inconvenientes son que el desplazamiento es más lento que con la natación ventral y el esfuerzo muscular es mayor. Además el desplazamiento es marcha atrás, lo que implica girarse de vez en cuando para ver por donde se va.
Se debe evitar la posición semisentada, ya que el movimiento de las piernas no se realiza con normalidad y se pierde eficacia.
Se debe conseguir la posición más aerodinámica posible para realizar el mínimo esfuerzo. Las caderas deben estar un poco más bajas que el torso porque llevan el lastre.
Durante la inmersión tiene que mirar hacia delante y hacia abajo la mayor parte del tiempo, porque al levantar la cabeza se levanta el torso y se pierde el perfil aerodinámico.
Es importante llevar el peso adecuado, porque si es excesivo hará descender las caderas en exceso dificultando la natación.
La flotación neutra es primordial, ya que si es positiva el buceador deberá contrarrestarla nadando hacia abajo, y si es negativa hacia arriba, lo que conlleva un esfuerzo excesivo y el consumo de aire.
Las aletas se mueven por encima de la línea central del cuerpo, reduciendo el volumen de agua que va hacia abajo y evitando remover los sedimentos del fondo.
Consiste en doblar ligeramente las rodillas y acortar el golpe de patada con las caderas quietas. Al final del golpe la rodilla debe de estar quieta. Al inicio, con la rodilla doblada el tobillo estará relajado.
También es perfecta cuando el fondo puede enturbiar el camino, porque dirige el impulso hacia atrás de manera horizontal.
Se tienen que extender las piernas elevando ligeramente las rodillas. Se girarán las aletas hasta que la parte inferior de las palmas quede detrás del cuerpo. Uniendo las aletas formando un arco, se impulsarán las piernas.
Se consigue un gran avance ya que se usa la fuerza de la cadera y de los muslos pero agota.
Con las piernas extendidas, se golpeará desde las caderas con largos aleteos.
Las aletas también se usan para mantenerse cómodamente en superficie con la cabeza fuera del agua. Con ello se obtiene tiempo para colocarse la máscara, esperar a otros buceadores, al barco…
La sustentación requiere esfuerzo, ya que al ser la posición vertical el buceador recibe un débil empuje de Arquímedes. Si cesa el movimiento se hunde.
El buceador debe colocarse en posición vertical, con la cabeza fuera, y los hombros y la pelvis alineados. Si no se colocan bien, el buceador se inclinará hacia delante o hacia atrás.
El movimiento se realiza con las piernas, desde las caderas, con piernas y pies extendidos. La amplitud del movimiento no está limitada ya que las aletas están totalmente sumergidas. La clave es ejecutarlo lentamente, sin interrupción.