Los barcos hundidos tienen un gran interés arqueológico e histórico. Además ofrece al buceador otro atractivo: los pecios cumplen la función de arrecifes artificiales, atrayendo toda clase de vida marina.
Con el paso del tiempo se incrustan en la estructura plantas marinas, sobre todo organismos filtradores si el pecio está en zona de mareas. Los peces aprovechan el refugio y protección que ofrece el barco. Los peces pequeños suelen rodear el pecio, morenas y congrios se esconden en sus agujeros, y los peces grandes merodean alrededor para alimentarse de los pequeños.
Los pecios más famosos son de buques de metal, pero también existen de madera, provenientes de naufragios de hace cientos de años. En ellos se pueden admirar a veces antiguos y extraños artefactos, así como las técnicas de construcción del barco.
También se pueden encontrar aviones naufragados o vehículos militares como tanques que eran transportados en los buques hundidos.
En general la información sobre recientes hundimientos es bastante accesible, por ejemplo de la segunda guerra mundial. Los registros históricos suelen dar detalles sobre como se hundió, y se pueden encontrar detalles de la historia del barco, su flota y su misión naval, dando mayor atractivo al buceo.
Normalmente se puede bucear en todos los pecios del mundo, pero algunos requieren un acceso especial para bucear en ellos, como los declarados históricos o cementerios de guerra.
Para explorar pecios es recomendable adquirir un entrenamiento específico, y llevar el equipo adecuado. Es una actividad fascinante pero conlleva riesgos. Es muy fácil quedarse atrapado, y se necesita una preparación y técnicas especiales para poder salir bien de situaciones imprevistas.
Sobretodo si se es una persona claustrofóbica no es recomendable, ya que el interior de los pecios suele estar muy oscuro y cerrado al exterior. Es más seguro explorar el exterior, viendo el espectáculo desde fuera sino se tiene la preparación adecuada. Además se pueden encontrar objetos y partes de la estructura desprendidos por el paso del tiempo.
Tanto si se está fuera como dentro del pecio se debe tener mucho cuidado, ya que la estructura puede estar deteriorada y romperse. Es conveniente llevar guantes para no cortarse con la madera y el metal, así como un cuchillo por si un pez se pone agresivo.
Se deben llevar buenas fuentes de luz, y si es muy cerrado incluso un casco con linterna.
El bucear en pecios conlleva llevarse repuestos de algunos componentes del equipo, como linternas, botellas pony…
Es conveniente seguir la regla de los tercios para el consumo de aire. Es decir, un tercio para descender al punto y explorar, otro para regresar al punto de entrada, y el último de reserva para emergencias.
Levar aire y nitros de reserva es fundamental. Aumenta la duración de la inmersión, rediciendo las paradas de descompresión.
Los pecios al llevar mucho tiempo en la misma posición conllevan mucho limo y fango que se suelen levantar con las corrientes de agua efectuadas por los submarinistas al mover las aletas. Para no enturbiar una buena visibilidad es conveniente bucear a lo rana. Este buceo crea pequeñas turbulencias detrás del submarinista, pero no delante de los ojos, moviendo el menos fango posible.
Muchos pecios llevan atada una boya para que sea más fácil su localización a los buceadores. Sino es así es recomendable que el propio submarinista ate una, o en su defecto un cabo de señalización. Si se quiere volver a la superficie por el mimo punto, un hilo guía puede servir de ayuda a la hora de encontrarlo, sobretodo si hay poca visibilidad.
Si se pretende ascender desde otra parte del pecio, se debe usar una boya de señalización, para indicar al barco donde se va ascender, y facilitar así el ascenso.
Los restos de un naufragio son una parte de la historia, por lo que no se pueden extraer objetos de ellos ni alterarlos, para que los que siguientes los encuentren igual.
Si se ha encontrado algún hallazgo, esto no da derecho a llevárselo a casa. Se debe dejar en el lugar, informando a los arqueólogos expertos para que lo estudien y lo extraigan si es necesario a un museo.
Se debe tener cuidado con los pecios de barcos hundidos de madera. No se deben tocar ya que la estructura es muy frágil y podría romperse sepultando al buceador. Los antiguos buques han sobrevivido enterrados en la arena o bajo lodo.
Si se está buceando en algún naufragio de la segunda guerra mundial, se debe tener especial cuidado de no tocar algo similar a un proyectil o una mina, y que pueden estar activos. Por ello es conveniente informarse antes de la inmersión de que puede encontrarse en el pecio.
En algunos lugares de buceo se han hundido barcos a una profundidad razonable, generando así un submarinismo interesante y seguro. Los organismos marinos colonizan rápidamente el barco, siendo muy interesantes para el buceo y la investigación submarina.
Dado que la estructura suele ser segura, es un buen lugar para practicar el buceo en pecios.
En algunos sitios se marcan los recorridos con paneles acuáticos que explican la estructura del barco, o folletos sumergibles que indican los datos más interesantes del barco.
Uno de estos arrecifes artificiales es el guardacostas Keith Tibbetts, hundido en Cayman Brac para crear un arrecife artificial a los buscadores.
Muchos buceadores sueñan en ser el primero en encontrar un barco hundido. Para ello se debe comenzar con la investigación de archivos, estudiando las características del barco, y sus planos afín de poder identificarlo después. Si se hace una grabación en video, para que los expertos puedan verificarlo.
También debe conocer la legislación relativa los pecios en el lugar donde va a bucear, notificando a las autoridades s se encuentra algo.
Localizar un pecio virgen puede resultar una tarea larga, complicada y generalmente, cara. Algunas embarcaciones dispones de equipos de alta tecnología, como modernas sondas, transmisión del fondo marino en 3d, sistemas GPS y una tripulación especializada, lo que puede facilitar la tarea.
Muchos restos de naufragios desconocidos están situados en aguas muy profundas, a las que sólo pueden bajar buceadores que tengan una preparación especial.