El buceo nocturno aporta grandes dosis de emoción, así como un descubrimiento de los organismos marinos que se esconden durante el día.
Posee un grado de dificultad mayor que el buceo diurno, pero una buena organización hace que sea más sencillo.
Una luz potente permite apreciar todos los colores de los animales y plantas submarinos. Si se aparta la linterna, muchos submarinistas se asombran de la cantidad de luz que hay en el fondo del mar, ya que muchos seres vivos fosforecen en la oscuridad, como el plancton, que deja pequeñas partículas de luz al pasar.
La mayor diferencia respecto al buceo diurno es la incapacidad de los submarinistas de intercambiarse gestos, y la dificultad de comunicarse en la superficie.
Para localizar al compañero se usa el haz de la linterna, mediante señales establecidas. Se debe tener cuidado de no apuntarle a los ojos, para no deslumbrarle, y porque tardaría en volver a acostumbrarse a la oscuridad. Por ello son mejores las linternas de mano que las de cabeza, ya que estas últimas el haz directo puede molestar al compañero.
Es bueno llevar un tubo luminoso prendido en la espalda, para mejorar la visualización bajo el agua. Tienen una duración de varias horas, y son muy fáciles de ver desde la superficie. Si se introducen en el agua muchos buceadores ala vez, conviene que se lleven de diferentes colores.
En la superficie se debe evitar el uso de la linterna, excepto para emergencias. Si se encuentra alejado del barco, use el silbato.
Si la inmersión comienza en la orilla, es recomendable dejar una luz encendida en la playa, para facilitar la localización del punto al volver a la superficie.
La luna llena aumenta mucho la visibilidad bajo el agua por lo que es recomendable para las inmersiones. Si se bucea en agua clara se recomienda un foco potente con un haz muy amplio. Si el agua está muy cargada de partículas es mejor una linterna de potencia media con un haz reducido. Así no parecerá una densa niebla.
Se debe llevar al menos una linterna de repuesto. Es importante llevar pilas de reserva, y si son baterías recargables, comprobar que están al máximo.
Muchos compañeros se suelen atar en las inmersiones nocturnas. Esta acción es muy recomendable si se es novato en estas inmersiones, sobretodo si hay mala visibilidad.
Si se bucea en un pecio, el cual tiene una cuerda guía con una boya, se debe dejar una luz en la base de la cuerda para localizarla fácilmente.
Se aconseja no bucear a grandes profundidades durante la noche, ya que si surge algún problema será más difícil solucionar en la oscuridad. Es recomendable no perder el contacto con la superficie, ya que perderse de noche puede suponer no ser rescatado hasta que se haga de día.
También se deben evitar las zonas con fuertes corrientes, ya que sumado a la falta de referencias puede ser peligroso. Sobretodo en aguas tropicales donde puede haber criaturas de caza.
Si se bucea en mar abierto, la boya de señalización en superficie debe llevar una luz, para señalizar a los barcos la presencia del buzo.
Si se tiene la impresión de estar perdido, se debe colocar una mano delante del haz y dar una vuelta alrededor intentando ver a los compañeros. Si esto no sucede en 2 minutos, se debe subir lentamente a la superficie, hinchar el chaleco y esperar a que ascienda el compañero.
Antes de emerger se debe dirigir la linterna a la superficie para comprobar que no hay ningún obstáculo en medio.
Es mejor optar por algo sencillo que se haya incluso visitado durante el día. Durante la noche se despierta una vida marina diferente a la del día, y se pueden comparar ambas visitas.